Las empresas deben adaptarse a la era digital. De su capacidad para evolucionar depende que mantengan su cuota de mercado y la hagan crecer fidelizando y captando clientes, y descubriendo nuevas líneas de negocio gracias a las tecnologías de la información. Cuando afronten su transformación, se encontrarán con un mundo nuevo, en el que los clientes, los canales, la competencia, los empleados, los productos y las operaciones ya son digitales.
La transformación digital debe afrontarse mediante una estrategia global que alcance a todas las áreas de la empresa. No se trata de ir digitalizando áreas sin tener en cuenta las necesidades de todo el conjunto y las posibilidades de interactuar entre ellas, sino que se debe entender como un conjunto de eficiencia. Esto conlleva a transformar los procesos en todas las áreas de negocio y realizar un cambio desde los cimientos, obteniendo de ese modo todas las ventajas y beneficios que la era digital implica, tales como:
- Reducción significativa de los costes e incremento de la competitividad.
- Optimización de los procesos y recursos gracias al aumento de la productividad.
- Mejora la eficiencia de los procesos de trabajo interno y gestión.
- Crecimiento del negocio al detectar nuevos modelos, con nuevos públicos, formas de venta, servicios o productos.
- Impulso del posicionamiento de la imagen de marca para aumentar el conocimiento de los productos y servicios en el mercado.
- Obtención de clientes más satisfechos gracias a una mejora de la experiencia del usuario.
Para poner en marcha el proceso de transformación, hay una serie de pasos necesarios que se deben incluir en la estrategia. Nombrar un líder digital es indispensable, quien se apoyará en el CMO y el CIO. Por otro lado es necesario redefinir los valores que permitan dar la respuesta adecuada al cliente. Alimentar la idea de que lo digital es lo primero sería el siguiente paso, consiguiendo que los empleados se sientan implicados y participen en el proceso de digitalización. Y por último, es imprescindible mantener la confianza del cliente.
Pero la estrategia digital no es suficiente para afrontar con éxito el futuro. Más de la mitad de los ejecutivos saben que las tecnologías de la información son fundamentales en su estrategia de negocio. De hecho, el 74% de las compañías tienen una estrategia digital. Sin embargo, sólo una tercera parte de esos ejecutivos están satisfechos con esa política, y sólo el 21% creen tener a las personas adecuadas para diseñarla. Incluso entre los que tienen una estrategia adecuada, sólo uno de cada seis confía en que su empresa tiene las habilidades y competencias para ejecutarla con éxito.
Debemos entender que la transformación tecnológica es un proceso sin final. El cliente seguirá evolucionando y las empresas deben estar atentas para no perder nunca el contacto con esa realidad. La implicación de todos los empleados en el proceso es ineludible, así como entender que no se trata de un cambio de sistema para seguir haciendo lo mismo de siempre. Pero es responsabilidad de los directivos poner las bases para la transformación digital de sus empresas.
La importancia de un software personalizado
Sin duda un software personalizado que facilite esa transformación y que se adapte a las necesidades de cada empresa, ayuda a reducir gastos y a minimizar errores. La excelencia operativa se alcanza diseñando una estrategia que genere sinergias entre las diversas áreas de una empresa para mejorar su eficiencia y, en consecuencia, el servicio que se da al usuario. Herramientas como las que propone Sage son aliados indispensables para alcanzar esa excelencia.
Desde PKF Attest, como Partner Certificado de soluciones empresariales Sage, ponemos a tu disposición toda la información sobre la última versión de Sage Business Cloud X3 (V12), el sistema de gestión diseñado para empresas en crecimiento que necesitan más eficiencia, flexibilidad y control de la información y que te permitirá afrontar con éxito tu proceso de transformación digital.